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Danzando entre versos…al compás de la pandilla puneña

Danzando entre versos…al compás de la pandilla puneña

La danza de la elegancia, plena de garbo y ternura es La Pandilla Puneña, donde los días, viernes, sábado y domingo, en el marco del Carnaval, son ideales para la expresión corporal, plena de gracia y arte en la ciudad de Puno; donde la cadencia y la música de estudiantinas conjugan con el ambiente festivo donde parejas integradas por damas y varones, se desplazan entre pasos, coqueteo, manta de manila y alegría.

Enrique Cuentas Ormachea manifiesta al respecto: “La pandilla puneña como expresión coreográfica y musical es una danza mestiza que tiene reminiscencia de origen prehispánico. En efecto el “Huayño” o “Wayño”que es el substratum de esta danza, es un producto cultural anterior a la llegada de los españoles. Esta afirmación se sustenta en referencias de lingüistas y cultores de las ciencias sociales.
Poetas y compositores inspirados en esta magnífica expresión han escrito sobre la Pandilla Puneña, aquí una breve muestra de ello.

NOCHE CARNAVALERA
Víctor Cuentas Ampuero

En el huayño rumoroso dejas tú 
Amarradita la luna en creciente 
Con los flecos argentados del mantón
Y tus ojazos negros y ausentes

Y en tus trenzas la noche casi azul 
Y en tus mejillas retozan vientos
Tu cintura diminuta en plenitud
Es ofrenda al dios de los kajelos

Tus polleras son recuerdos
de mil papales floridos
hay capullos somnolientos
al borde de tus corpiños.

Imilla flor de sankayo
Chola bonita y coqueta
Para ti canto este huayño
Por ser la flor de mi tierra

Nostalgias de ilusión conmueven mi alma 
Aún tengo aquel rumor de las enaguas
la cadencia de los pasos en la pandilla puneña
El susurro de los rasos el insinuar de una queja
El soñar entre los brazos de una chola pandillera
con caricias y con “arcos” en noche carnavalera.

LA PANDILLA
Miguel Ángel Ugarte Chamorro

¡Baile de los bailes! ¡Hermosa Pandilla!
reina de la gracia, del arte tesoro;
mezcla de la sangre de la Andalucía
con la de los Incas, que es de bronce y oro.
La pandilla es joya de las más preciadas,
hecha por orfebres del suelo español
con la plata y oro que un día adornaban l
os ricos altares del tempo del sol.

Negros son los ojos de las bailarinas,
negras son sus trenzas de azabache puro;
rojos son los labios, rojas las mejillas;
frescos y fragantes, cual fruto maduro.
Graciosos sombreros, mantones de seda,
preciosas chaquetas, finos prendedores,
zarcillos de plata, brillantes pulseras,
faldas en campaña de hermosos colores.

Tienen estas mozas algo de gitanas
en sus talles finos de grácil palmera,
en los colorines de sus amplias faldas y
en sus ondulantes y finas siluetas.
Los mozos gallardos que las acompañan
son expresión viva de la nueva raza,
de ésta que se forja con rocas del Ande
y los ideales de la madre España.

Las parejas danzan, las parejas giran,
los mozos son fuertes, las mozas son finas;
vibran de entusiasmo los pechos viriles
y en el pecho de ellas arde la alegría.
Es el bastonero quien viene delante
marcando los pasos de rítmico son
a las cien parejas de porte elegante
que al bailar nos muestra toda su emoción.

Desfilan gallardos, inclinan los bustos
para erguirse luego con altanería,
cual si fuesen cuerdas de gigantes
arcos lanzando sus flechas en pos de la vida.
Suavemente forman vistosos abanicos
que lucen en sus pliegues mágico color,
y que al extenderse generoso y amplio,
se transforma en ronda, ronda del amor.

De pronto las mozas avanzan al centro
y una estrella luce todo su esplendor;
retroceden luego con célico ritmo
y tienen destellos del divino sol.
A veces avanzan, retroceden luego;
lucen los pañuelos, los cuerpos esquivan;
ágilmente saltan dislocan la rueda
con los brazos forman gótica arquería.

Los menudos pasos que son arabescos,
de plata un encaje tejen con primor,
los ojos brillantes hilvanan amores
son el hielo de oro que es del corazón
¡Baile de los bailes! ¡Hermosa pandilla!
reina de la gracia, del arte tesoro;
mezcla de la sangre de la Andalucía
con la de los Incas, que es de bronce y oro.

CHOLA PANDILLERA
Carlos Dante Nava

I

Del lago, es la orilla
tu cuerpo que acuna
polleras de linfa,
mantones de espuma.

Luces, chola linda,
bajo ojos de puma,
rubores de guinda
sobre albos de puna.

El huaiño te agarra
la dócil cintura;
te prendes a su alma
con ansias de pluma.
Entonces empujas
el pie y la rodilla
y alientas la curva
de tu pantorrilla.

Entonces, en tus senos,
se mece la música
que avienta el violento
rimero de phusas
mientras tu pañuelo,
que vuelos esboza,
en el tul del viento,
es una paloma
de tu pensamiento.

Y bailas con ganas,
y bailas alegre,
ebria la mirada
que desagarra y mata,
la pollera ajada.

bailas con arte,
junto al compañero,
por plazas y calles,
hasta que tu cuerpo
se siente cubierto
de un sudor en celo.

En ese momento,
oh andina escultura,
tu cálido pecho,
trasciende a kantuta,
desea deseos,
y al fuego trasunta,

II
El aire está que arde,
la luz se va oronda
y por todas partes
se asoma la sombra.

Ver También

Y llega la noche…
Te arrastra tu macho
(muchacho de bronce,
rijoso muchacho),
hacia ¿quién lo sabe?,
pero luego vuelves
con la faz borracha
de besos de arrastre,
mostrando la leche
de tus blancos dientes
tras tu risa alada.

Del Lago es la orilla,
tu cuerpo que acuna,
polleras de linfa,
mantones de espuma.

DANZA TU CUERPO LA PANDILLA
Alberto Valcárcel
I
A las cuatro de la tarde sobre la luz intacta,
diez mozos se fijan el traje y brillan sus pupilas.
Ellas, las parejas, tan lindas y lozanas,
ensayan el paso enamorado … zas, zas, zas.
En febrero Puno se llama Carnaval
y el contorneo rumoroso, pandilla.
II
Del ritmo y la cadencia de que hablaban las abuelas,
me gusta la sonrisa plenilunio en las muchachas.
Es el mantón y la corona del sombrero
el santo y aire de esta danza…
de ritmo y cadencia estudiantina,
y manos juntas y promesas
y te quiero así como te mueves.
Ahora han salido de la Plaza de Armas
en medio del gentío. Uno desde el balcón
grita “Candelaria” y la novia parpadea ensimismada.
El jirón Lima se vuelve caudaloso fluye la calle Libertad.
Las horas se congelan cuando en el Parque Pino
la fiebre llega al pueblo y todos bailan…
se ha firmado un pacto sutil con la alegría,
que suele durar todo el año. ¡Cómo lo sabe el corazón!.
III
A este retrato puedo sumar mi aliento,
perdido entre miles, una noche que tiritaba
asido a mi pareja.
Tal un amor que llega sin avisar,
mis labios cuajaron el crepúsculo
y no pude regresar y ser el mismo.

Nadie que viva en Puno en carnavales
se irá jamás de sus jardines,
y así queramos otro cielo…
nuestros pasos andarán por sus veredas.

PANDILLA PUNEÑA
Raúl Castillo Gamarra

Una oleada de ritmo y cadencia
de ensueño y caricia
se desborda desde el alma del pueblo

El rumor de los totorales
y el cantar de los pajonales
fulgen pentagramados
en el huayno pandillero

Vuelo de pañuelos
sinfonía de polleras
filigrana de mantones
Pandilla Puneña¡

Alma hecha canción
canción hecha danza
danza hecha emblema
emblema hecho orgullo
febril, señorial,
imponente, airosa,
danza de la elegancia,
danza del amor.

Latido sideral
que danza en péndulo.

Mi corazón
está palpitando a tu ritmo
acariciando la promesa del amor
con su cantar del manantial.

Por siempre, para siempre
Pandilla Puneña.

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