Escribe: JAVIER SALAS ÁVILA
Entre las cordilleras oriental y occidental, en la medianidad de la meseta del Collao, se yergue mágico, rumoroso y apacible el majestuoso apu lacustre del Titicaca que, en su lecho tectónico, sirve de fuente termorreguladora de la inmensa altiplanicie que lo circunda. Moho, Capachica, Puno, Acora, Juli, Pomata, y otros pueblos situados en sus proximidades, gozan de su mágica influencia, su flora y fauna, sus amaneceres y atardeceres, y la impresionante imagen de la plateada luna reflejada en sus cristalinas aguas.
Los Compositores puneños no podrían haberse sustraído a la presencia vital de este lecho lacustre que, desde inmemorables siglos, abriga con su rítmico oleaje, las gélidas pampas en los crudos meses del invierno altiplánico.
“Inmenso lago puneño, de dorados totorales, todas las noches te sueño, con tus verdes pajonales…» dice Don Andrés Dávila Martínez, en su poética plegaria a nuestro Apu, titulado KITULITA.
En otro reconocido Huayño, cuyo autor es desconocido se lee: “Lago Titicaca, de plateada fuente, donde la leyenda, puso puntos de oro”. Y así, al transcurso de los años, muchos compositores han hecho directa alusión al influjo de las aguas que fueron en muchísimos casos testigos de infinitos romances, coronados en cálidas noches de carnaval.
Don Cástor Vera Solano, uno de los más prolíficos compositores puneños, dice en su afamada CANCION PUNEÑA: “…con el alma de aurora serrana, las nacidas a orillas del lago, para entonar mi canción puneña”.
Don Víctor Cuentas Ampuero, uno de los compositores que hilvanó mejor la poesía en sus huayños, le regaló al acervo altiplánico, su famoso LARAMKOTA: “Cholitas puneñas somos, venimos del lago azul, donde incendia el sol sus maravillas, y la luna soledosa, surca como velero de amor”.
En un disco que fue grabado en la década de los 60 en la ciudad de Lima por el Grupo Alma Kollavina, con la primera voz de Don Julio Sancho, reprisando el emblemático disco de las Hermanas Madrid, se oye: “…en puerto de alto Puno, tu nomás sabes cómo lloré”.
Don Tuto, Teodoro Salas de los Íntimos, en su huayñito MI CAMPESINA, dice: “En los Cerros de Pirhuapirhuani crece una flor tierna, como las hermosas aguas del lago azul”.
Nuevamente Don Andrés Dávila Martínez en su CRUEL DESTINO, nos canta: “Negros y grandes fueron tus ojos, como las olas del Titicaca”.
Guillermo Delgado Argote en su huayño PARA TI, PUNO QUERIDO, también alude: “en tu lago de aguas azules, junto a mi palomita”.
Don Eladio Quiroga Rosado, registra una de sus obras más brillantes, el huayño más prototípicamente Pandillero, FLOR DEL TITICACA, en poética alusión a nuestro legendario lago azul.
Y así podemos seguir nombrando a autores, que han dedicado sus más sublimes notas al legendario Puquina Qocha, en todo el transcurrir de la historia musical mestiza de la ciudad de plata.
Hay un significativo y emblemático tema que grabó el destacadísimo Trio Masías, con el título de TU JURAMENTO: “a las orillas del lago, negra del alma, tú me juraste quererme palomita”,
Cada uno de estos temas en ritmo de huayño pandillero, han sido interpretados en inolvidables noches de serenata, de bohemia, de carnaval y de muchas efemérides populares que, con alegría y emoción, han disfrutado cientos de coterráneos, tanto en Puno, así como en otras latitudes, a donde han llevado sus querencias musicales.
En la pág. 77 del Libro “Así Canta Puno” del autor Raúl Castillo Gamarra, se halla un huayño que titula UROS DEL LAGO, y en su letra dice: “Somos Uros del Titicaca, traemos en el corazón, los ruidos del lago”.
En mi condición de músico puneño, tampoco podía substraerme al influjo de aquella entidad que acarició mi niñez con sus cristalinas aguas, en las playas de Ojerani, Capachica, Charcas etc., además de ser el rumoroso testigo de bellos romances en mi inquieta juventud, al amparo de sus aguas eternas; siendo así, escribí un Huayño de románticas letras cuyo título es: DULCE ILUSION, que reza:
“Los queñuales y chilliguas, las gaviotas de mi lago, todos me hablan de tu querer, ay linda cautivadorita”.
Para finalizar este breve artículo que recoge algunas de las múltiples inspiraciones que aluden al querido y tradicional Lago Titicaca, quiero rendir un homenaje a un emblemático tema y a su autor: Don Jorge Huirse Reyes, que con toda justicia, autoridad y amor la tierra dijo: CIUDAD DEL LAGO, Marinera que compuso en 1944 en la ciudad de Buenos Aires, y que en su parte literaria se lee:
“Ciudad del lago sereno, cuna noble de un gran fundador, guarda en sus aguas profundas, el pasado de su tradición”.
Siendo así, el lago será siempre el lecho imperecedero que arrulle con su subyugante presencia, la constante inspiración de más músicos puneños y puneñistas.