El Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, ubicado en la ciudad de Puno, capital de la Región es una Maravilla natural, navegar en él es una experiencia inolvidable. El lago Titicaca ha inspirado a poetas por su inmensidad, por su belleza, por el azul que se conjuga con el cielo, el espejo de agua que atrapa a las estrellas, a la luna, al sol, a las nubes que se ven reflejadas. Inspiración de poetas que hoy comparten sus versos.
BALSAS DEL TITIKAKA – DANTE NAVA
Balsero de Taquile
balserito que partes
con la aurora en la popa
y llegas con la tarde
en la proa.
tú tienes tu pétrea alma
pegada
a la rugosa
miseria de tus chacras.
Balsero de Amantaní
que sales de tus playas
rumbo al gran kancharani
emponchado en el alba
y enchullado en la brisa.
tú nos traes el fruto
harinoso de tu isla
y la flor linajuda
de tus gayas kantutas.
Balsero trabajador
de Capachica la grande
bajo el sol,
bajo la luna
con las nubes en las sienes
y los ojos en las lluvias:
tú acaricias tus andenes,
como acaricia tu balsa
las aguas del Titikaka.
Balsero pescador
que haces tú choza
del dolor
de la humilde totora
tú eres el balsero uro
que has hecho de lo tuyo
lo más puro
(oh abstraída raza orgullosa
nadie ha sufrido tu sufrir,
fuerte pescador de nadir
recio pescador del zenit)
Pero tú alto balsero
de Chucuito,
eres el caballero
de pata dura.
de pecho como un grito
de armadura y brazos de granito
Tú eres el roble aymara
de cara revolcada
en la tierra del sol,
tú eres el collavino
que tiene el corazón
en una llamarada
de vuelos condorinos.
tú vas sembrando
con tu lloquena.
A la luz plena
de la pena
estelas musicales
de kena
y vas rasgueando
en la borrasca.
con tu vela de relámpago
y los rayos de tu balsa,
el charango
de las olas
bulliciosas
tú llevas el dorado
trigal de la alegría
a todas las orillas
en tu balsa amarilla.
Balsero del Titikaka
que viajas de día y de noche,
con espíritu de viento,
como tu carne de bronce,
como tu huayño sonoro,
yo exalto tus balsas de oro
y tus lloquenas de acero.
CANCIÓN TITIKAKA – ALEJANDRO PERALTA
Tú lo vienes sabiendo Janita desde que te arden los oídos
i el agua de la pileta te quema las manos
flor de fuego de mi aldea.
No sueltas las palabras, sino que las mascas
trinos y cañiwa llevas en los senos
desde lejos te persiguen mis labios como jilgueros
i tú apenas me arrojas la cáscara de una mirada
me haré pescador en la laguna
si me das el anzuelo de tus ojos
se quedarían hambrientos los pescadores.
Vas a dejar vacío el tiempo Janita
Eres de la isla de Capachica
yo te he visto en la orilla aventando estrellas
i también te he visto como un incendio en las quinuas
el Florentino te ha dejado el brazo lleno de ronchas
todavía llevas en el atado los carbones de sus mordiscos
i haces que se encharque el día en los fangos
cuando mis ojos corretean por tus vértebras.
Así te gusta a ti
Yo no tengo la culpa Janita si no sé cortar las totoras del
lago
pero sé cortar peñascos.
El agua de la pileta ya no tiene palabras
se le seca la garganta de mirarte tanto.
Crucemos aquellos galpones vienen las balsas de Amantaní
en la pampa está la luna volando entre las espigas
vamos al lago a escoger un manto de seda azul i brillantez
para la fiesta de la Virgen
de noche el viento maneja mejor las velas
iremos a despertar en el corazón del alba
Tu alegría de arcoíris hará florida la lluvia
hiladora de mis latidos
acaba yá de hilar
la lana rosa de este amor
Para todo tiene la culpa el hondazo de tu mirada
de día
de noche
está chasqueando en mi sangre
Janita
Flor de fuego de mi aldea.
PARTIDA DE LAS BALSAS – GLORIA MENDOZA BORDA
Crujir de remos,
chasquido de totora
último acullido de coca
confusión de sollozos del agua
y suspiros de viento cordillerano.
Las pupilas hieráticas, de veinte
balseros de cobre,
han desenredado el horizonte,
y sus brazos…tensos nerviosos
de Llokena
dirigen la popa al viento,
que susurra una barcarola
aymara,
de tierna y ancestral caricia:
Puno¡ Chucuito¡ y Capachica¡
Nereidas indias,
De tostada carne
Y de prosapia altiva¡
Y cual bandadas de gaviotas,
Las balsas
Ágiles surcan las plateadas ondas
del Lago Sagrado,
esfumándose gris violeta,
con su dorada carga de nostalgia,
en el misterio de lontananza.
LAGO ANCESTRAL – LILIANA QUINTO LAGUNA
Emociones de árboles
se aferran a frutos de ilusiones,
espejo azul y resolana: Titicaca
nos sonríen tus reflejos
cascada dulce que abraza.
Titicaca – Génesis
El alba dijo que vendría puntualmente
a tostar tus mejillas de barro
a acariciar el cuerpo tibio
de agua amada,
aunque el adobe de palabras
se amalgame en el huerto de geranios
y la niebla anciana se abrace
a incólumes arcoíris.
Desde el origen del sol
donde descansan latidos
enseñanza y amor
para cantar esperanzas
Titicaca
Sujeta tus orillas
con broche de nácar
para no desbordar emociones
¡Las que tú inspiras¡
Vienes Titicaca, telúrico, ancestral,
Delicado, dulce, pleno de leyendas
Envuelto en lapislázuli y cristal.
¡Naturaleza Viva¡
Nobleza que abraza esperanzas,
Cobijando generaciones
ahogando rencillas en el desierto de olvidos.
Corazón latiendo de orgullo
¡Majestuoso¡
Siembra huellas, deja semillas
de nuevas historias en el tiempo,
Ilumina el cuadro genealógico de la tierra,
inmenso espejo azul.
Duele salir de tus entrañas
Pero las manos, jamás soltaron tu corazón.
FLOR DEL TITICACA – BRUNO MEDINA ENRIQUEZ
Brisas eternas de los siglos perduran y te entretienen,
testigo eterno de generaciones que vienen del siempre,
y que van testificando la eternidad gratuita de los tiempos,
desde los inmortales uros en sus lechos acuáticos,
que, tras los egregios y pétreos puquinas inmortales,
se perdieron entre tus heladas y cristalinas aguas,
llegando a construir islas, aunque nadie lo intuye,
para perdurar su cultura que nunca se destruye;
mientras en tus orillas cual blancas gaviotas playeras,
están los quechuas y aymaras, por siempre inmortales,
en los totorales eternos como el viejo tiempo quebrado,
formando una fuerza sólida, compacta, infranqueable
semejante a su lucha con la naturaleza, su conviviente
cual semejante enemiga perfecta del ser humano,
sigue siendo su mejor amiga de acero forjado,
donde la naturaleza es como una flor del Titicaca.
Hombre que hoy férreamente se levanta al viento,
luchando hasta la muerte contra vil la muerte,
con tus aliados los totorales y simientes, con aliento,
de tus aguas Titicaca, de tus challhuas, Qochamama,
eres fiera protección y mi abrigo transhumante,
con tu calcinado rostro eternamente cristalino,
que tiene olor a vida inmortal que no termina,
donde las tiernas olas, la luz del sol ilumina,
dulces aguas inmortal Titicaca son tu dominio,
te emulamos en tu lucha contra el exterminio
de nuestra raza sólida, fuerte y caminante
que marcha hacia la constelación eterna
hacia donde la Chacana ya no nos detiene,
allá donde el camino es largo y duradero,
a donde llegaremos aliados del campo y la tierra,
y la naturaleza inmortal con una flor roja en la mano.
Dulce estigma del color eterno perdido en la bruma.
Amasijo de cariños que el dolor humano acoge.
Cristalino amanecer violeta que espera a la luz
de la génesis de la cultura andina originaria, sempiterna.
Aguas celestes cuyo color el cielo ha dejado en prenda,
Espumas que flagelan la tristeza y la hacen alegría.
Altas profundidades quebradas por los tiempos
Que imperecederos han abierto la vida de una cultura.
Cavidades caladas con sus manos por el Apu Inti,
para matar el dolor perdido, en sus hondonadas del alma.
Hijos del Sol empeñados para nuevos retos alternos,
que forman panacas para construir grandes ciudades.
Mano sobre mano, arman la grandeza de los Pucaras,
Brazo sobre brazo, cultivan la papa los Puquinas,
Hombro sobre hombro, levantan el bajo Tiawanaco,
Piedra sobre piedra, construyen el inca Machu Picchu,
Pétalo sobre pétalo, crece la vida como Flor del Titicaca.