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Puno, “Tierra de Luz, Pensamiento y Libertad” reflejado en versos de admiración, respeto y amor a la tierra que nos vio nacer.
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Puno, “Tierra de Luz, Pensamiento y Libertad” reflejado en versos de admiración, respeto y amor a la tierra que nos vio nacer.

Es el tejido de versos que envuelve, es la red que atrapa en sentimientos, emociones y gratitud. Es sonreírle a la vida, evocar recuerdos de infancia al sentirnos acurrucados por la tierra que nos vió nacer, mecidos suavemente por el inmenso Titikaka, es decirle gracias Puno¡ Por cobijarnos, por abrazarnos con tus cerros, por despertar con el canto del quelluncho, por el sol que acaricia rostros felices, que fortalece brazos y mentes que contribuyen al desarrollo, porque la premisa es sumar siempre¡ Para ser aporte social, cultural, es contribuir, es crear nuevos mundos de esperanza, con fe en la sonrisa de los niños, danzando en versos, creando sensaciones, caminos de solidaridad, es la voz mágica, heredera de cultura, de grandes varones y mujeres que dejaron una estela, con particular esencia, que hoy se yergue para dar la bienvenida a propios y extraños, el celeste y blanco de Puno, se ha mimetizado con el rojo y blanco de nuestra bandera, que flamea con visión y convicción, porque al igual que los versos, la red se fortifica y seguirá atrapando historias, que contaron nuestros abuelos y que los hijos de sus hijos, hoy los evocan y proyectan. Compartimos una muestra de la sensibilidad de puneños y puneñistas, para decir, en Poesía ¡Así te quiero Puno amado ¡

JOSÉ PANIAGUA NUÑEZ.

Poeta nacido en Puno en 1929. Su juventud estuvo marcada por la bohemia literaria, alrededor del poeta Dante Nava, a quien conoció y acompañó, al mismo tiempo que empezaba a desarrollarse en el periodismo. Hoy compartimos los Versos para Puno, del entrañable Jospani.

CARTA A PUNO

                                    Quiero escribirte Puno desde adentro,

                                    desde la catedral de tus auroras tempranas

                                    deteniendo el bostezo de los inviernos

                                    que cincelan las frías noches de junio.

                                       Te escribo en el papel azul del Titikaka

                                    en su proyección de nubes tormentosas

                                    en su diálogo de vientos y paisajes

                                    entintados de mitos y leyendas solares.

                                    Mi escritura emerge del lenguaje de tus calles

                                    donde el tiempo ha gravado su música andina,

                                    y el rostro de terso de su plaza pueblerina

                                    oferta el tremolar de sus banderas domingueras.

                                    Mi carta lleva el latido de la yerba en primavera,

                                    el discurrir del agua con sus gritos de fiesta,

                                    la voz de las campanas que saludan las mañanas

                                    y el cáliz de tus mitos que se mezclan con la historia.

                                    Es una carta rezagada en el corazón de los días

                                    llega desde el torrente musical de tus ríos

                                    se recrea con el pañuelo de las danzas pandilleras

                                    y enseña al mundo su roja serenata de charangos.

                                    P.D.

                                    Esta carta la dirijo al infinito del espacio

                                    a la majestad de las cumbres que bordean la ciudad,

                                    al revuelo incomparable de sus fiestas en febrero

                                    y al espíritu de un pedazo de Perú hecho de sueños.

PAISAJE ANDINO

                        Para cantar a esta tierra tapizada de azul y blanco

                        hay que escalar por la ruma de sus sueños y leyendas,

                         sentir que sus viejos santuarios son oraciones al viento,

                        que el sol del medio del medio día se recrea en sus canciones

                        y que el espacio encendido de rojas madrugadas,

                          nos habla de su historia en términos musicales.

                        Abrigados en un poncho de leyendas tutelares,

                        una chalina de paisajes hondeando en la mirada

                        y un frío lagunero acelerando la danza del corazón

                        forman su estampa serrana sobre un tapiz de estrellas,

                        por eso sus poemas son cartas al infinito.

                        Donde un prodigio incaico acunó un gran imperio

                        para abrazar al visitante con el embrujo de sus mitos

                        y brindar en su existencia el cáliz de su grandeza.

                        Llegar a Puno es convivir con sus sueños,

                        compartir con un tiempo fatigado de esperanzas,

                        con su estirpe de andenes, de relámpagos y caminos.

                        es sentirse el alfarero de sus tiempos andinos y coloniales.

                        desparramar al espacio la audacia de su sangre minera

                        y escribir sobre la pampa el coraje de sus protestas

                          con el sol de la verdad y los himnos de su libertad.

                        Puno y su palabra de trinos, su dimensión de montaña,

                        confidente del viento y el aire que besa las mejillas,

                        es una lluvia creativa de danzas, música y poesía,

                        un candor de inspiración que surge de la tierra,

                         para trepar las cumbres y cosechar luceros,

                        para hacer del pensamiento un ramo de madrugadas

                        y diseñar con el cerebro una explosión de truenos,

                        disparando el corazón con un hondazo al infinito.

                        Mi canto viene de la semilla, la papa y el trigo,

                        del rústico sembrador de ternuras y sus manos chacareras

                        donde charangos y guitarras hacen versos con el alma

                        y la ciudad oferta la caricia de sus calles jornaleras.

                        Es un canto hecho de lago sonriente de cielos lejanos,

                          del latido de sus tumbas y monumentos solitarios,

                        donde la oración y el olvido son un puñado de rimas,

                          para la grandeza de esta comarca que abraza al mundo

                        con el pendón creativo de sus artistas, escritores y poetas.

                        Aquí está Puno con su vieja juventud de siglos heridos

                        meditando en las tardes bermejas de un pasado festivo

                        saludando a la vida con el vuelo de los cóndores,

                        de vicuñas, pastores de nubes y relámpagos de fuego.

                        es la ciudad del ayer y del futuro, germinando progreso,

                        es la balsa de antiguos navegantes por senderos de luz

                        peregrina de mares y desiertos en la faz de sus vivencias.

José Paniagua Nuñez JOSPANI

LUCÍA COSTA FAZZIO DE ASCENCIO

La querida poeta Lucía Costa Fazzio, de Argentina, querida puneñista, quedó prendada de Puno apenas llegó a esta ciudad, Lucía con una personalidad exquisita, cálida, de finos modales y dulce mirada, polifacética dama, emplea diversos lenguajes y pinta vívidamente retratos de los paisajes y es que Lucía no se apropia del medio ni de su gente, sino que es capturada por la fuerza telúrica de su naturaleza, por eso es conmovedor y admirable su amor a Puno hoy, en versos.                          

                                                         PUNO MISTERIOSO

Porque en ti las leyendas se incrustaron

tejiendo historias desde tiempos remotos,

y en los seres que siempre te habitaron

brillan supersticiones en sus ojos.

porque aprietas costumbres legendarias.

yo me atrevo a decirte: ¡Tienes magia,

Imán inquieto, Puno Misterioso ¡

Porque el nocturno viento va silbando

cual muchacho feliz en tu altipampa

y el sol del mediodía va quemando

marcando cicatrices como estampas.

porque tus cerros dormitan con el tiempo

quietos y mudos en inmóviles cimas

y las mareas te azotan entre vientos

sacudiendo aguas vastas, peregrinas.

Porque tus cerros dormitan con el tiempo

quietos y mudos en inmóviles cimas

y las mareas te azotan entre vientos

sacudiendo aguas vastas, peregrinas.

Porque conllevas magnífica constancia.

Porque tu desconcierto es poderoso,

Yo me atrevo a decirte: ¡Tienes magia,

Imán inquieto, Puno Misterioso ¡.

Porque en una amalgama indestructible

Te aferras a un folklore cual tesoro

Abrazador, dominante e infalible,

Que de la nada te convierte en todo.

Porque tus esperanzas son milagros.

Porque en fe te conviertes afanoso,

yo me atrevo a decirte: ¡Tienes magia,

Imán inquieto, Puno Misterioso ¡

Porque retamas florecidas imitan

a un desflecado sol pintando huertos

y las coquetas tus alegrías gritan

y tus kantutas tiñen rojos silencios.

Porque en tus cactus hieren las espinas.

porque calman la sed del sudoroso,

yo me atrevo a decirte: ¡Tienes magia,

imán inquieto, Puno Misterioso ¡

Porque contradictorio en tus pasiones

nunca se sabe si ríes o si lloras

e inescrutables son las emociones

que recónditas mueren en tus horas.

Porque zampoñas gimen con tu llanto.

Porque en ti la alegría es himno hermoso.

Yo me atrevo a decirte: ¡Tienes magia,

Imán inquieto. Puno Misterioso.

Porque un día al pisar tu suelo,

Pude entibiar con tu sol mi frialdad;

Y en ti estoy, explorando en ti me quedo ¡

Enclavada con rumbo en fraternidad.

Porque en ti mi esperanza se hizo gracia.

Porque mi sueño burló en ti su reposo,

Yo me atrevo a decirte: ¡Tienes magia,

Imán inquieto, Puno Misterioso ¡

JULIA CATACORA DE BARRA

CIUDAD AZUL

¡Puno! Tierra pujante, majestuosa y altiva,

bravía en las horas de lucha y combate.

Ninfa vestida con manto de ensueño,

que en las horas apacibles se baña de luz.

¡Puno! Tierra de leyenda y de heroísmo,

tierra grande y gloriosa en tu pasado,

tuyo es el porvenir que ya se vislumbra,

triunfal y luminoso en el horizonte.

Ciudad azul, deja que te cante mis estrofas,

de los versos que a mi musa inspiraste,

desde mis años tiernos, desde la edad feliz,

en que soñaba con los rubíes de tus amaneceres.

Cuántas veces las brisas de tu lago turquí,

al bañar mi faz prematuramente adusta,

han alejado de mi mente los tristes pensamientos

y han dejado en mi alma profundo bienestar.

Entre Fuentes históricas, teatro de hechos trascendentes,

se levantaron tus muros: a tu Norte yacen las ruinas de Katun Kolla,

y a tu lado Sur, el viento repercute las voces misteriosas,

de la Ciudad de la Laguna embrujada o Laikacota.

Legendaria tierra de Manco Cápac

y del esplendor fastuoso de los Salcedo,

joya guardada en el cofre de preciados metales,

plata y mercurio que ostentan Cancharani y Azoguini.

Allá en remotos tiempos José Salcedo,

recorría ávido de aventura y riqueza,

los argentados parajes de la alta Meseta

y surgió un romance tejido entre las rocas.

Una joven india enamorada y vehemente,

le dijo: no te vayas, mi corazón morirá sin tu amor

¿Quieres riquezas? Las tendrás a raudales,

yo sé el secreto de lo que nadie mostró.

Yo sé el secreto, mañana, cuando pasteando esté el ganado

allá donde más tiempo me detenga, yace el metal,

desde siglo ha, jamás profanado por la mano,

del extranjero que ultrajó y despreció mi raza.

Y Salcedo allá quedó por toda su vida,

atado el corazón a las guedejas brunas,

de la indiecita flor de zancayo amanecido,

hija de la puna abrupta y bravía.

En el alma generosa del buen castellano,

no anidó el egoísmo, y llamó a sus compañeros,

otros tantos aventureros de la Iberia,

las montañas fueron pródigas a sus afanes.

Laikacota atraía con magnetismo irresistible,

vinieron los hombres de todos los ámbitos coloniales;

más no faltaron las nubes aciagas de la envidia,

y surgieron las rivalidades y los enconos.

Fueron clásicas las luchas de vizcaínos y andaluces,

odiáronle a Salcedo sus mismos protegidos,

El Virrey en persona quiso poner orden y vino

desde la Ciudad de los Reyes a la humilde ciudad.

Maravilloso recibimiento de Salcedo al Conde,

entrada pomposa y triunfal a la ciudad de mineros.

Nada empero, pudo convencer al Virrey,

que a muerte sentenció a aquél.

¡ Orkapata ! ¡Lugar de la tragedia! ¡De la horca injusta!…

María, la fiel compañera de Salcedo.

Se preguntaba: ¿Por qué la maldad humana

se cebó en las almas que daño no hicieron?

Si las riquezas que dieron mis prodigiosas montañas,

sólo fueron para fomentar vicios y codicia

sin límite y sin trabas; y reconocer no quisieron

el gran corazón que en el pecho Salcedo anidó.

¡Oh Manes de mis mayores! ¡qué vuelvan

a las montañas de donde extraídas fueron!

y así la indiecita, como de un extraño poder poseída,

ahogó las minas con las aguas de la Laguna embrujada.

Laikacota pagó con célebre y triste final,

el haberse formado al pie del arca del blanco metal,

convertida fue en campo raso y sembrada de sal

para que ni el nombre exista, al decir del Virrey.

¡Oh Laikacota tristemente célebre!

¡Oh ciudad de mineros convertida en nada!

¡Ni una piedra quedó de tu existencia!

¡Tú pasado florecimiento se envolvió de misterio!…

En reemplazo de Laikacota fue creada;

la que hoy se llama “San Carlos de Puno”,

que surge cada día más grande y gloriosa,

y espera alerta un mañana mejor.

Es la Ciudad Azul de mis encantos y mis sueños,

es el hada, es la ninfa, es la diosa pagana,

que se mira en su gran espejo de diamante;

fortalezas y severos centinelas la protegen.

Julia Catacora de Barra

DANTE NAVA

CHOLA PANDILLERA

Del lago, es la orilla

tu cuerpo que acuna

polleras de linfa,

mantones de espuma.

Luces chola linda,

bajo ojos de puma,

rubores de guinda

sobre albos de Puna.

El huayño te agarra

la dócil cintura;

te prendes a si alma

con ansias de pluma.

Entonces empujas

el pie y la rodilla

y alientas la curva

de tu pantorrilla.

Entonces, en tus senos,

se merece la música

que avienta el violento

rimero de phusas

mientras tu pañuelo,

que vuelos esboza,

en el tul del viento,

es una paloma

de tu pensamiento.

Y bailas con ganas,

y bailas alegres,

ebria la mirada

que desgarra y mata,

la pollera ajada.

Y bailas con arte,

junto al compañero,

por plazas y calles,

hasta que tu cuerpo

se siente cubierto

de un sudor en celo.

En ese momento,

oh andina escultura,

tu cálido pecho,

trasciende a kantuta,

desea deseos,

y al fuego trasunta.

II

El aire está que arde,

la luz se va oronda

y por todas sus partes

se asoma la sombra.

Y llega la noche…

Te arrastra tu macho

(muchacho de bronce,

rijoso muchacho),

hacia ¿quién lo sabe?,

pero luego vuelves

con la faz borracha

de besos de arrastre,

mostrando la leche

de tus blancos dientes

tras tu risa alada.

Del lago es la orilla,

tu cuerpo que acuna,

polleras de linfa,

mantones de espuma.

Aurelio Martinez, PNI, Manuel Domingo Pantigoso, Dante Nava y Mateo Jaika

Bibliografía:

Puerto Azul. José Paniagua Nuñez. Editorial Matalamanga.

Puno Misterioso. Lucía Costa Fazzio de Ascencio. Editorial Altiplano. E. I. R. L.

Poemas en Azul. Julia Catacora Barra. 1963.

Chola Pandillera. Dante Nava. 20 sonetos de Dante Nava. 1956.

Liliana Quinto Laguna. Periodista, poeta, narradora, fotógrafa, editora, maestra de ceremonias y gestora cultural. Realizó estudios de Ciencias de la Comunicación Social y Ciencias Jurídicas y Políticas. Directora en Perú del World Festival of Poetry-Festival Mundial de Poesía. Recibió el Reconocimiento de la Unión Mundial de Escritores con el Escudo de Plata 2021 por su trabajo distinguido a favor de la Educación, la Cultura, el Arte y la Poesía, entre otros Reconocimientos del Congreso peruano, Ministerio de Cultura, la Región y la Municipalidad de Puno.

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