Escribe: Rebeca Giovanna Vásquez Luque (1)
El 30% de quienes producen nuestros alimentos son mujeres que viven en los territorios rurales. Su trabajo se mantiene tradicionalmente invisible. No sólo el trabajo vinculado a su labor reproductiva; sino también aquel que se encuentra vinculado a la producción agrícola y a la provisión de recursos económicos necesaria para el funcionamiento de sus familias. Su rol es esencial para la alimentación de sus familias y la reproducción de la mano de obra; más aún en el marco de la actual crisis alimentaria que afectará el país.
El incremento de su presencia en el mundo rural ha ido en aumento entre el censo de 1994-2012 a nivel nacional, que identifica el incremento del 100% en las actividades agropecuarias; no así, en el caso de los hombres que aumentaron en menor proporción 14.2% (Censo, 2012). En el caso de la región Puno, el incremento de la presencia de mujeres rurales ha sido del 13%; se encuentra en el segundo lugar luego de la región Tacna.
La presencia del sistema patriarcal en las sociedades rurales marca la vida de las mujeres rurales e indígenas. Uno de los problemas centrales que enfrentan es el acceso a recursos propios para su autonomía económica, como lo podemos apreciar en el Cuadro N°1:
De esta manera, las mujeres conducen el 37% menos de superficie agropecuaria que los hombres en la región; es una muestra visible de la diferencia de acceso a recursos que enfrentan las mujeres rurales. Esta brecha impide que las mujeres puedan tener autonomía económica que permita su desarrollo.
Asimismo, desde una óptica de políticas públicas las mujeres rurales e indígenas tienen un limitado acceso a los bienes y servicios públicos que provee el Estado. Desde nuestro punto de vista, ambos son problemas centrales que deben abordarse desde el trabajo de los gobiernos regionales.
El acceso a crédito, capacitación y asistencia técnica son elementos centrales para el desarrollo de las mujeres; sin embargo, el cuadro N°2 presenta las brechas de acceso a estos servicios que debe brindarse desde el estado a nivel nacional y regional. Sin embargo; no existe en la actualidad una política que atienda estas brechas y promueva su disminución.
Asimismo, uno de los principales problemas que enfrentan las mujeres en la región Puno, es el acceso a recursos propios, la brecha frente a sus pares hombres es de 9.1%. Es esencial que el gobierno regional y los gobiernos locales puedan diseñar estrategias de trabajo con mujeres; más aún en el contexto de crisis alimentaria que vamos a enfrentar los meses siguientes.
La agenda regional pendiente
Sin embargo, a pesar del limitado avance sobre políticas públicas para mujeres rurales e indígenas desde el sector agrario; es clave identificar los aspectos que pueden impulsar el desarrollo de su agenda que promueva procesos de empoderamiento de las mujeres, identificando sus brechas, pero también sus oportunidades.
La región se caracteriza por tener un importante movimiento de mujeres con capacidad de propuesta para su desarrollo. Actualmente, se viene elaborando la Agende la Mujer para la exigibilidad de sus derechos que recoge diversidad de temas e integra los temas de contaminación ambiental en defensa del Lago Titicaca, la protección de cabeceras de cuenca, la cosecha de agua, la tenencia de tierras, créditos agrarios para mujeres jefas de hogar; así como temas de su agenda vinculadas a la salud y violencia doméstica.
Asimismo, se viene trabajando para la reactivación del Consejo Regional de la Mujer, que es un espacio participativo que se impulsa por el Gobierno Regional; la reinstalación de este espacio es clave para el debate y diseño de políticas de los derechos de las mujeres rurales e indígenas.
Este año, fruto del trabajo de las organizaciones sociales de mujeres de la región Puno, el gobierno regional emitió la ordenanza regional N° 015-2021-GRP-CRP que promueve la agricultura familiar, el empoderamiento y el acceso a factores de producción de las mujeres rurales en la región Puno. Dicha ordenanza en su artículo segundo menciona la promoción de empoderamiento de las mujeres rurales originarias, fortaleciendo sus organizaciones, reconocer y potenciar su aporte a la economía local, regional y nacional; a través de programas de capacitación técnico-productiva, de emprendimiento económico, financiación y facilitación de acceso a mercados.
Es clave entonces reconocer y fortalecer las acciones que vienen implementando para promover el desarrollo de las mujeres rurales e indígenas en la región Puno, que haga efectiva la implementación de una segunda reforma agraria, con rostro de mujer.
(1) Ex directora de la Dirección de Promoción de la Mujer Productora Agraria del MIDAGRI entre 02 de setiembre del 2021 al 23 de marzo del 2022. Actual gerenta de la Convención Nacional del Agro Peruano CONVEAGRO.
BIBLIOGRAFÍA
INEI, Instituto Nacional de Estadística e Informática Perú: Brechas de género, 2020;
Avances hacia la igualdad de hombres y mujeres, 2020.
Zegarra, Eduardo. Cambios en la conducción femenina de la agricultura peruana 1994-2012: ¿empoderamiento o empobrecimiento de las agricultoras?, 2018.