Empecemos el año 2022 teniendo confianza en nosotros y nuestros ideales. Ni pesimismo ni optimismo alejado de la realidad. Somos nosotros los que hacemos la historia personal y social con nuestro protagonismo en la vida familiar, institucional, sociedad local, regional y nacional. La situación del país, es el reflejo de las predominancias consentidas y de nuestra actitud ante ellas. Este es el reto que tenemos que asumir en el escenario de nuestro tiempo. No habrá cambio de rumbo si no luchamos por lograrlo. La pasividad es atrofiante.
Supeditarse a que el gobierno de turno resuelva los problemas que nos agobian, sin hacer nada por conseguir lo que anhelamos, nos hace culpables de nuestra situación. Las falsas expectativas suelen generar frustraciones. Se ha presentado la oportunidad para un gobierno de izquierda y las fuerzas populares creyeron que habría cambios favorables, pues las promesas electorales eran estimulantes. Todo esto, se está desvaneciendo porque lo permitimos. No basta reclamar y quejarse. Hay que actuar.
Los deseos de año nuevo, son solo eso. Es poco lo que podemos esperar de parte del gobierno actual. No todo es culpa de la oposición de derecha. Podrán decirnos “no más pobres en un país rico”, “Siempre con el pueblo”, que habrá gas natural para todos los peruanos, que habrá una segunda reforma agraria, etc., pero si no figuran en la ley del presupuesto público para el 2022, quedarán solo en el papel.
La verdad es que solo tenemos un presupuesto deficitario que no alcanza para mucho y su administración es muy discutible.
El presupuesto total es de S/. 197,002, 269,014 (devaluados) que se utilizará para:
- El 39.7% (78,229 millones de soles) en pago de planillas.
- El 23.7% (46,744 millones de soles) en inversiones y otros gastos de capital.
- El 13.3% (26,144 millones de soles) en pago de servicios y compra de bines.
- El 11.7% (22,943 millones de soles) en pago de deuda.
- El 7.2% (14,351 millones de soles) en otros gastos corrientes.
- El 4.4% (8,582 millones en reserva de contingencia).
Debido a la administración centralista, el 39% corresponden a gastos centralizados, entidades de alcance nacional y transferencias durante la ejecución, lo que suma S/ 77 576 millones. Entonces, si descontamos los gastos centralizados, la participación de los gobiernos regionales y locales asciende a un 48 % en el presupuesto total y se estima que llegaría a 52 % con las transferencias por S/ 8 822 millones que se realizarán durante 2022.
Y si solo se toma en cuenta la inversión pública, se observa que el 75 % del presupuesto beneficia con 30,747 millones de soles a departamentos diferentes a Lima y Callao que recibe 10,279 millones de soles.
Por otro lado, el presupuesto 2022 ha establecido 5 prioridades:
Compárese lo que se asigna al crédito agrario con lo que se asigna a los programas sociales y transportes y turimo.
El agro mayoritario recibe para inversión reproductiva mucho menos que los programas sociales que es gasto.
Hay regiones que aportan más PBI, pero reciben menos.
Bueno pues. Eso es todo, en cifras generales, lo que el gobierno ha dispuesto por ley. No se pueden utilizar las partidas presupuestales para fines distintos porque se comete delito (malversación de fondos). Las promesas continuarán, pero mientras tanto, tenemos que atenernos a lo aprobado por ley para el próximo año. Solo el poder popular puede cambiar la situación actual en beneficio equitativo de interés social.
Claro que el gobierno puede hacer mucho por los desamparados al margen del presupuesto. Es altamente redituable la defensa de las comunidades campesinas y nativas avasalladas por la inversión extranjera. La defensa de los recursos hídricos, cambio en la política de concesiones, defensa de la producción nacional, justicia tributaria y cumplir con lo ofrecido en la campaña electoral. Todos lo apoyaríamos.
De todas maneras va un abrazo y deseos de prosperidad en el año venidero.