Este N° 12 de “Altiplania” está dedicado a la ciudad de Juliaca, capital de la provincia de San Román que cumplirá el centenario de su creación el 2026. Por muchos años se pensó que la población de Juliaca sólo tenía raíces en la época de la expansión inca sobre el altiplano. Sin embargo, hay estudios que dan cuenta de una historia que se remonta a hace 10,000 años, durante los cuales el actual pueblo juliaqueño se formó bajo la sucesiva influencia de las culturas Caluyo, Pucara, Tiahuanaco, Colla e Inca.
Durante la Colonia se fundó Santa Catalina de Juliaca, y su ámbito fue escenario de la gran rebelión de Túpac Amaru II, convirtiéndose en 1824, tras la Independencia, en distrito. El paso del ferrocarril Arequipa–Puno, en 1873, inserto a Juliaca en el comercio regional del Sur del Perú, creando lentamente las condiciones para que a partir de los años setenta del siglo XX, la llegada de miles de personas del campo, la convirtió en la ciudad más poblada del altiplano peruano. La influencia de la globalización disparó en los años 90 del siglo XX su crecimiento económico, gracias al espíritu laborioso de sus habitantes, con lo cual Juliaca es, hoy por hoy, una de las 13 ciudades con mayor número de habitantes del país.
A través de esta rica historia Juliaca se ha convertido en el crisol del altiplano de Puno, confluyendo en ella diversas culturas, tradiciones y actividades económicas de toda la región altiplánica. Juliaca reúne a personas de distintos orígenes, principalmente quechuas y aimaras, pero también migrantes de otras partes del sur andino y del extranjero, mezcla que se refleja en sus fiestas, mercados, música y vida cotidiana.
Pero, Juliaca no es solo un crisol de pueblos y costumbres, sino también una promesa para el desarrollo del altiplano. Si bien la economía ha crecido constantemente, esto no se ha traducido en un desarrollo sostenible. La ciudad presenta altos índices de pobreza y desnutrición, el empleo es en su gran mayoría informal. La globalización también ha expuesto a la ciudad a una serie de actividades ilegales, a la vez que esta pendiente resolver severos problemas ambientales y de planificación urbana, empezando por el acceso seguro al agua y los servicios.
En su rica historia, Juliaca ha tenido momentos en que su temple ha sido puesto a prueba, como las luchas de 1963 por el progreso de la ciudad, y más recientemente la tragedia del 9 de enero de 2023 y la lucha en contra de la impunidad de los responsables directos e indirectos de dicha masacre.
Hoy, a las puertas de su centenario como provincia, Juliaca mira al futuro con esperanza. Sus ciudadanos tienen la responsabilidad de honrar la historia de esfuerzo de generaciones anteriores, apostando por un desarrollo sostenible, inclusivo y por el pleno respeto de los derechos humanos. Los editores
