Por NICANOR DOMÍNGUEZ FAURA
El pasado 13 de noviembre de 2023 el municipio puneño celebró 121 años de la creación del Museo Municipal – establecido originalmente en 1902 -, siendo administrador del museo el conocido investigador René Calsín Hanco. En 1977 esta institución cultural recibió en donación la colección del pintor alemán residente en Puno don Carlos Dreyer. Además, el municipio adquirió la antigua casa de dos pisos de este artista, ubicada en el Jirón Conde de Lemos no. 289, fusionando ambas colecciones de piezas arqueológicas prehispánicas y objetos artísticos coloniales, republicanos y contemporáneos. Por esa razón el nombre oficial de la institución –durante los últimos 40 años y más– es Museo Municipal ‘Carlos Dreyer’ (1).
Entre las aproximadamente 2,000 piezas que conserva y expone el Museo Dreyer en sus 6 salas y 3 galerías, queremos destacar en esta nota un extraordinario mapa de la ciudad de Puno y sus alrededores elaborado en 1875. Contamos con una foto del mapa hecha por el joven arquitecto Christian Incacutipa, y compartida por Ana María Pino, promotora cultural de la “Casa del Corregidor”.
Como se podrá apreciar en las imágenes que acompañan a esta nota, el mapa actualmente se halla deteriorado y necesita urgentemente ser restaurado. Es una muestra única de la cartografía urbana de Puno, de una calidad y precisión notablemente superiores al conocido “Plano Topográfico de la Ciudad de Puno”, que forma parte del famoso ‘Atlas del Perú’ (1865) de Mariano Felipe Paz Soldán (2).
El título del mapa que se conserva en el Museo Dreyer es: “Plano Topográfico de la ciudad de Puno, capital del Departamento del mismo nombre, y de sus alrededores, hasta las cotas de circunvalación […] por José Fernán-Rodrigo Caballero, ingeniero militar, civil y mecánico, comandante del arma en el ejército español, miembro de la Sociedad de Instrucción de Puno, de la Literaria del Ecuador, Nobles Artes de Turín, y otras, etc.”, que fue: “Mandado ejecutar por decreto del H[onorable]. Consejo Municipal”, y lleva por fecha: “Puno, a 20 de mayo de 1875”.
El mapa incluye un extenso texto descriptivo, que comienza enumerando al equipo de once personas que asistió al ingeniero militar en su labor: “Brigada de operaciones. Ayudantes: D[on]. Manuel Gamallo. Peones (Del Cuerpo de Gendarmes de Cab[allerí].a): Manuel Caro, Nicolás Soto, Lorenzo Cano, Pedro Peláez, Mariano Mamani, Damián Dávalos, Pedro Herrera, Rafael Zárate, Fidel Calvo, Matías Lago”.
El texto descriptivo lleva por título “Estadística General” y está constituido por 25 secciones sin numerar y con títulos en mayúsculas: [1] “Topografía – Clima – Producción” (espacio en blanco sin texto explicativo), [2] “Datos Históricos”, [3] “Topografía”, [4] “Clima”, [5] “Producciones”, [6] “Calles”, [7] “Plazas”, [8] “Caminos”, [9] “Construcciones”, [10] un subtítulo faltante (roto), pero se habla de canalizar el agua de los arroyos que cruzan la ciudad, [11] “Líneas Férreas”, [12] “Puerto”, [13] “Navegación”, [14] “Defensa Militar”, [15] “Comercio e Industria”, [16] “Población”, [17] “Administración”, [18] “Instrucción”, [19] “Publicaciones”, [20] “Edificios Públicos”, [21] “Establecimientos Públicos” (cuadro estadístico), [22] “Propiedades” (cuadro con la lista de propietarios enumerados en el mapa), [23] “Tasa” (breve cuadro estadístico), [24] “Observaciones” y [25] “Esplicación”.
Hemos tratado de transcribir el texto íntegro de la “Estadística General”, pero el estado de conservación del mapa no ha permitido recuperar toda la información de manera completa y coherente. Como ya se dijo, es urgentemente necesario un trabajo de restauración de esta extraordinaria fuente de información sobre la ciudad de Puno justo antes de la Guerra del Pacífico (1879-1883).
Citaremos a continuación los fragmentos del texto que hemos podido transcribir e interpretar de manera más coherente. Esto permitirá apreciar parte de la valiosísima información contenida en el “Plano Topográfico de la ciudad de Puno” de 1875.
La sección de “Datos Históricos” comienza afirmando: “El Perú antiguo y dilatado Imperio de la América Meridional, gobernado por sus propios soberanos, después sujeto durante 297 años a la dominación española, y erigido en República independiente desde 1821, fue descubierto en 1526 por Francisco Pizarro, Marques de Atavillos, reinando en dicha época el Emperador Atahuallpa. Este territorio tuvo diferentes limites según los Gobiernos que le rigieron, dividiéndose principalmente en audiencias, correspondiendo las antiguas de Lima y Charcas, a la actual República Peruana. Estas audiencias fueron divididas a su bez [sic] en Provincias correspondiendo las de Chucuito y Paucarcolla a la situación relativa actual de la Ciudad de Puno”. Y añade: “La antigua religión Peruana era la idolatría al Sol, cuyo origen daban á los Incas Emperadores, y cuya monarquía fundaron Manco-Cápac y Mama Ocllo su esposa y hermana, sucediéndolo una serie de 12 [sic?] Monarcas Incas que finalizo en Sayri-Tupac, quien renunció al Imperio en manos del Rey de España”.
Sobre la ciudad de Puno dice: “La fundación de esta Ciudad desaparece en la oscuridad del tiempo, por falta de crónicas del país que solo podrían hallarse en los grandes archivos de España. Apenas hay algunas tradiciones, entre sí las más desacordes, de las que no puede estraerse dato alguno cierto para su primera historia sin en la [ilegible] Capital de la Provincia, la pri[mera] [ilegible] [asi]ento de Paucarcolla, desde que, en 1686 fue demolida la del Asiento de Laicacota, á causa de la revolución de sus minas. Su población era muy considerable, su riqueza, crida [sic: ¿crecida?] é importante, y contaba en su seno numerosas é ilustres familias”. Y concluye: “Hoy es Capital del Departamento de su nombre, según la última división territorial político-administrativa asiento del Gobierno del mismo, residencia de su Obispo, Corte de justizia, Universidad, Apostadero naval, Cabina de estación fónica-telegráfica a Arequipa, y centro del comercio departamental”.
Sobre la “Topografía” dice: “El suelo de la Ciudad es un valle casi triangular […] con algunos cerritos aislados de escasa consideración. Las afueras de la población hasta la línea de las crestas de circunvalación son escesivamente montuosas y difíciles. Son numerosos los afluyentes ó vertientes, cuya dirección dominante es al Este, des[a]guando en el Lago, más su división es tal, que ninguno de aquellos merece otro nombre que el de arroyo de tiempo seco, y de mediano torrente en época de lluvias”; y describe luego: “Los cerros de S[ant].a Bárbara, Yurajorco y Huansapata”, concluyendo que: “Hállanse en el circuito de S[an]. José 9 minas sin importancia”.
Sobre el “Clima” dice: “Tiene aspectos marcados, que son: de Nov[iembr].e á Marzo, escesivamente lluvioso, cubierto, frío y desagradable; de Abril á Julio claro, más templado, con heladas nocturnas, y vientos; de Julio á Octubre seco, helado y peligroso por las enfermedades fulminantes que despide atacando el pe- [ilegible] -l y el cerebro. Sin embargo, la salud general y el aspecto de los habitantes es bueno. El frio es á veces escesivo”. Tras ofrecer las temperaturas promedio en la ciudad, menciona: “El Viento dominante es por el día S[ur].E[este]. [roto] variable y el O[este]. y N[or].O[este]. Algunas veces adquiere fuerza de huracán. Las tempestades son frecuentes y terribles, tie- [roto] descargas eléctricas, merced a las alturas que la rodean”.
De las “Calles” dice: “Estas son generalmente rectas por manzanas, de empedrado redondo y desigual, de piso desagradable é incómodo, teniendo por aceras dos líneas de losas cuadradas, de 32 cent[ímetr].os por lado y espaciadas de 25 cent[ímetro].s. Condúcese las aguas pluviales por el centro, pues la población carece de sumideros de linpieza [sic], pasando los arroyos de Huausapata, del Soca- [roto] -alres [sic?] por medio de las calles de la ciudad sin canalizar, afectando la vista y la higiene por la calidad de las ag[uas] [roto] arrastran. La anchura media de las calles es de 6 [sic?] metros [sic?], y su desarrollo en línea recta es de 20.400 varas [sic?]”.
Menciona que hay cuatro “Plazas”: “Todas sin asientos, arboleda, cubiertos ni comodidad alguna”. La primera la Plaza de Armas, la “principal es bastante hermosa” con “la catedral [en] uno de sus frentes” y “una pila pública”, aunque “la afea el arroyo sin canalizar que atraviesa el lado Sud”. La segunda “la de S[an]. Juan [que] tiene así mismo una pileta de hierro fundido” y un lado “lo ocupa la fachada del Colegio de S[an]. Carlos, hoy en refacción”; advirtiendo que “la antigua iglesia de S[an]. Juan, primera de la fundación de Puno” se encontraba en un “alarmante estado de vejez, fealdad y deterioro, que amenasa ruina inminente”. La tercera plaza, “la de la Municipalidad, sin fuentes, es grande […] hoy toda surcada por los cimientos de un teatro proyectado y abandonado”. Y la cuarta “la del Hospital, pequeña é irregular, con una pileta de piedra que carece de agua, desde tiempo inmemorial”.
De los “Caminos” dice: “Seis son los que bajo diferentes direcciones dan acceso á las crestas y mesas de la altiplanicie […] a su vez cortada por quebradas y pampas intermedias. Todos son estremadamente irregulares, mal entretenidos, sin bordes, cemetas [sic? cunetas?] de desagüe […] incomodos, así por lo pedregoso […] por las escesivas pendientes […] No admiten rodages”, o carretas tiradas por caballos. Sobre las “Líneas Férreas”, es decir el ferrocarril de Arequipa a Puno, dice que es: “de una línea ó vía, sistema americano, con un ramal que, desde la Estación, conduse al muelle sobre el Lago”, aunque “la estación se halla en obra”, no terminada. Añade algunos comentarios críticos interesantes: “ofrece materia de gran censura, por haber apartado la línea de algunos pueblos y ha- [roto] [may]or importancia”; y que “según cálculos bien fun[d]ados [roto] sobre Arequipa esperimenta un fuerte déficit anual en sus rentas, a pesar de la estrema[d]a carestía de pas- [roto] [bi]lletes [d]e carga. No responde de objetos [perdidos] ni averías”. Y concluye: “Esta vía no habrá comp- [roto] [o]bjeto, ni cubrirá sus gastos, mientras no se enlace con la Ciudad de La Paz, ligando entre sí los difere[ntes] [roto] -lien [sic?] pueblos, haciendas y comarcas del trayecto, absorbiendo su comercio”.
Del “Puerto” dice que, en el lago Titicaca, el de Puno: “es sin duda alguna el mejor de su perímetro, con un buen muelle que avanza sobre sus aguas, 340 metros […] El fondo de la bahía en tiempo de lluvias es de 4, m[etros] 50 en general”. El acceso es “por medio del Canal Estévez, que alcanza unos 8 á 9 pies de fondo”. Menciona que la bahía de Puno contiene un “estenso totoral”, y que “en tiempo seco, los escasos buques que surcan el lago tienen que fondear en Chimo, pues en esta época […] el Canal Estévez, cuyo fondo baja a 5 ½, 6 y 6 ½ pies”. Sobre la “Navegación” del lago dice que: “se verifica por medio de dos pequeños vapores de propiedad del Gobierno de la República, escasamente tripulados. Se verificare 4 viajes mensuales, 2 directos quincenales á Carapata, y dos de circunvalación por N[orte]. y S[ur]. El comercio es escaso, el viaje agradable y pintoresco, y el trato bueno. Hay una goletita de pertenencia particular para transporte de carga y hasta 4 pasageros. El servicio del puerto se hace con una hermosa falúa y 4 botes. Hay numerosas balsas indias, compuestas de totora flotante y [roto] [ve]la [cu]adrada de esterillas, pero vuélca[n]se con estremada facilidad”.
Sobre la “Población”, que “comprendida en el área del plano asciende á 7.919 almas”, se consignan datos demográficos novedosos: población masculina (3,297 hombres, el 41.63%) y femenina (4,622 mujeres, el 58.37%); luego la población dividida por seis grupos de edad y por seis categorías de ‘estado civil’, así como por tres grupos socio-raciales: 4,747 “indígenas puros, color bronceado oscuro” (59.9%), 2,407 de “origen misto, color moreno claro” (30.4%) y 765 de “origen uniforme [sic!], color blanco aterado” (9.6%), “contándose en la población algunos Europeos”. Entre estas cifras poblacionales, sin embargo, “no está comprendida la fuerza de infanteria ni caballeria de la guarnicion, como tampoco la de marina”. Se afirma que “el idioma nativo es el Español, que se habla con bastante pureza de pronunciación y fraseología”, además del aimara y el quechua. Y se concluye esta sección diciendo que: “Las costumbres del pueblo puneño son sensillas, frugales, cariñosas y constantes. El puneño es amante de su país, de su domicilio y de sus aficieros [sic?]. Son estudiosos, tolerantes, y de natural despejo [sic?] [roto]”.
Se menciona que “la Yglesia puneña está servida por un Obispo, cuya silla esta hoy vacante”. Sobre la “Administración” se indica que “la departamental se ejerce por un Prefecto nombrado por el Presidente de la Republica”. Hay “una Subprefectura”, “una Caja de Hacienda [roto] [Fis]cal”, “una pagaduría” y “un Con[cejo] [roto] [de]partamental compuesto de 30 miembros y un Presid[ente]”. Para la ciudad misma hay “una Municipalidad compu[esta] [roto] [por] un Presidente, un teniente Alcalde, un secretario, un teso[rero] [roto] [y] 21 regidores o Munícipes, cuyas sesiones son bisemanales”. Finalmente, “hay además una Intendencia de Policía”.
Sobre la “Instrucción”, se mencionan varias instituciones educativas públicas y privadas. Primero “S[an], Carlos, es Colegio y Universidad. Esta, está en suspenso, y el Colegio actúa […]”. Luego “el Seminario, donde se enseña teología dogmática é instrucción media”. Un colegio “particular de instrucción media del Sr. Enrique Paz [sic?] Moyano”; tres colegios “de niñas, donde reciben la instrucción máxima de su sexo” [¡sic!], y cuatro “escuelas de primeras letras, dos pensionadas por la Municipalidad y dos particulares”. Menciona otras dos instituciones educativas, pero el texto en esta parte no es fácil de leer. Termina afirmando: “no hay biblioteca alguna nacional”, es decir, pública (las que existían eran de los colegios).
Entre los “Edificios Públicos” se menciona la Catedral, a su lado el Seminario “de una planta”, el templo de San Juan y el Colegio de San Carlos, “edificio Universitario, rectangular, de dos plantas”. Luego “la prefectura, sin nada notable, sobre la Plaza”, la “casa de Gobierno, hoy Cuartel de Ynfanteria, en mal estado”, la “Corte de justicia, administrada por un presidente, cuatro vocales de la Sala Suprema, con 4 jusgados de 1.a instancia y del Crimen, y el número semejante de notarios y comisarios”, y “el Hospital y Cárcel, de una planta, edificio angular y sencillo, capaz de 80 camas y unos 150 presos”. La “nueva estación del ferrocarril” y los “almasenes del Muelle, espaciosos y o[r]denados”. Del hoy llamado Arco Deústua dice: “el arco de la Libertad, aislado, con escriado [sic?] capsular, de piedra con inscripciones”. El ‘Panteón’ o cementerio público es de “área rectangular, sin una Yglesia […] en el cual apenas hay dos o tres mausoleos”. Finalmente: “Entre los edificios particulares hay algunos de valor y buen aspecto […] los de las señoras Garzés, Martínez, etc. y de los Señores S[an]. Roman, Dariso [sic?], Moya, y otros q[ue] [roto] difieren de la generalidad por su construcsión [roto] distribusión y comodidad”.
Hay un pequeño cuadro estadístico con 26 tipos de “Establecimientos Públicos”, como casas de comercio, relojerías, platerías, librerías, zapaterías, sastrerías, barberías, boticas, hoteles, fondas, panaderías, hojalaterías, cigarrerías y pulperías. Le sigue una larga lista de “Propiedades”, indicándose el nombre de los dueños y la ubicación en el plano de la ciudad. Finalmente, figura una breve “Tasa” o cuadro estadístico, con al menos 10 rubros de impuestos y actividades comerciales. Las “Observaciones” se refieren a la necesidad de obras de saneamiento público, y la “Esplicación” es una lista numerada con más de 30 lugares indicados en el plano de la ciudad, desde la Catedral (número 1) y el Seminario Conciliar (número 6), las plazas del Seminario (número 17) y de San Juan (número 18), la Prefectura (número 4), el “Cuartel de Ynfantería” (número 6), hasta el “Arco de Libertad” (número 24).
Como se aprecia, la información sobre Puno en 1875 que hemos extractado es, sin lugar a duda, excepcional. Hay, además, muchos más datos, pero no hemos podido transcribirlos a cabalidad. El “plano topográfico” en sí es de una precisión extraordinaria, tanto para la ciudad como para sus alrededores inmediatos. Esperamos que, dando a conocer su importancia en ‘ALTIPLANIA’, la restauración de esta joya cartográfica que guarda el Museo Dreyer se haga realidad en un futuro inmediato.
NOTAS:
1. Carlos Dreyer Spohr (n.1895-m.1975) se estableció en Puno desde 1929, al casarse con María Costa Rodríguez. Tras su muerte en Alemania en 1975, ocurrida a los 80 años durante una visita familiar, su hija Elfriede Dreyer Costa y su hijo Augusto Dreyer Costa, donaron la colección de su padre a la Municipalidad de la capital puneña.
2. “Plano Topográfico de la Ciudad de Puno, capital del Departamento de su nombre. Formado por Claudio Oliver”, en Mariano Felipe Paz Soldán [1821-1886], Atlas del Perú (Paris: Librería Fermín Didot Hermanos, Hijos y Ca., 1865), lámina XXXVII.