Dentro de la identidad cultural de Puno, y como símbolo de lo trascendente y permanente de nuestro quehacer cultural, destaca, sin lugar a duda, la estudiantina puneña cuya existencia significa mucho dentro de nuestra herencia inmaterial y dentro de lo más importante que las antiguas generaciones han transmitido a las nuevas como parte de lo que se presenta, felizmente, como un proceso indetenible dentro de lo que podemos llamar nuestro patrimonio cultural.
El nacimiento de la estudiantina puneña no constituye un hecho aislado o único que haya sucedido solamente dentro del devenir cultural puneño. Por el contrario, obedece a un proceso que abarca a varias culturas europeas y americanas ligadas por el proceso de colonización iniciado a partir del siglo XV y que adquirió características propias en los lugares en que se desarrolló, siendo la comunidad puneña uno de los puntos culminantes de su consolidación autónoma.
Al producirse la invasión europea ya existían en tierras puneñas importantes expresiones musicales autóctonas que se manifestaban principalmente con instrumentos aerófonos como el sicu o zampoña y membranófonos como el tambor o bombo. Destacaban en ese campo precolombino los ayarachis, de cuya existencia antigua dan cuenta los primeros cronistas españoles del siglo XVI. En ese sentido, la estudiantina puneña de cuerdas es el producto de la simbiosis producida entre la música existente en territorios del altiplano peruano y la venida de España, especialmente en el aspecto de los instrumentos musicales cordófonos como la vihuela, que eran desconocidos en nuestras tierras.
LAS ESTUDIANTINAS EN SU ORIGEN
Cuando hablamos, en forma genérica, de estudiantinas, nos estamos refiriendo casi siempre a las llamadas estudiantinas de cuerdas que son, tradicionalmente, conjuntos de cordófonos punteados o rasgueados que funcionan como una orquesta. En nuestro medio, luego de recibir la influencia de las estudiantinas españolas, cuyo origen se remonta a los siglos XIII o XIV, y en las que lo más importante fue siempre el canto y el jolgorio, las estudiantinas peruanas adquirieron una conformación típicamente orquestal en la que las voces superiores son cubiertas por las bandurrias, mandolinas y laúdes, mientras las guitarras y el guitarrón cubren las voces intermedias y bajas.
En Lima, las estudiantinas de finales del siglo XIX y comienzos del XX, fueron elementos importantes en la interpretación y difusión de lo que empezó a llamarse el vals criollo. En muchos países de Latinoamérica nacieron también estudiantinas similares a las peruanas en las que se integraron, al igual que ocurrió en Puno, otros cordófonos como los violines y también aerófonos como la concertina o el acordeón.
El término estudiantina, que sirve para denominar a estos grupos musicales, se tomó como recuerdo de los grupos españoles de estudiantes que se reunían para mostrar su música normalmente en sus trayectos callejeros. En el Perú, y en otros países latinoamericanos, se convirtieron en grupos musicales más bien de adultos, casi siempre sin participación de estudiantes, que utilizaron los instrumentos de cuerda punteada para expresar sus creaciones musicales y difundir la música tradicional de sus terruños. La aparición de las estudiantinas a comienzos del siglo XX, o en décadas anteriores, es común a muchos países latinoamericanos
Aunque puedan expresarse muchas versiones acerca de la antigüedad de la llegada de las estudiantinas españolas al Perú, lo cierto es que existen reportes que ubican este hecho recién a finales del siglo XIX, aunque seguramente se crearon grupos más o menos similares en distintas partes del nuevo mundo, en forma aislada. En ese momento también aparecen las estudiantinas en el Perú, sentando sus reales principalmente en Lima y algunas capitales de departamentos especialmente del sur del país como Arequipa, Cusco y Puno.
LAS ESTUDIANTINAS PUNEÑAS
Existen evidencias de que casi al empezar el siglo XX existieron en la ciudad de Puno algunas estudiantinas en las que participaron integrantes de las familias Záa, Molina y Nieto, quienes se presentaban en algunas reuniones organizadas especialmente en el Colegio San Carlos. Ya al empezar el siglo se menciona en los diarios de la localidad la existencia de algunas estudiantinas creadas con cierta formalidad y comienzan a aparecer los nombres de quienes, algunos años más tarde, se constituirían en los principales impulsores de este tipo de conjunto musical: Rosendo Huirse (nacido en 1880), Alberto Rivarola (nacido en 1892) y especialmente José Ignacio Molina, quien tuvo importante participación como director de algunas de esas estudiantinas, como profesor de música y director de la Sociedad Filarmónica creada en aquellos años.
Resulta imposible referirse en unas cuantas carillas a un hecho tan amplio y en el que han participado a través del tiempo miles de personas amantes de la música y compositores como es la existencia de la estudiantina puneña. Por esa razón y reconociendo de antemano la certeza de no poder mencionar a todas las agrupaciones musicales que han existido ni mucho menos a quienes han participado de ellas, me limitaré por esta vez a resaltar algo de lo realizado por las que considero las más representativas teniendo en cuenta la época en que actuaron, la trascendencia de su tarea y la participación de quienes son considerados los músicos más importantes en la historia puneña de las estudiantinas de cuerda.
LA ESTUDIANTINA MANUEL MONTESINOS
Según algunos contemporáneos de Manuel Montesinos, este recordado aficionado a la música fundó la estudiantina que llevó su nombre alrededor de 1907. La relevancia de la existencia de esta agrupación es que desde el comienzo decidió su creador incluir una pandilla de danzarines por lo cual se menciona permanentemente al grupo como la primera pandilla puneña que participó de los carnavales y dio inicio a la forma de vestirse de sus integrantes: traje de cholita puneña para las damas, con pollera y mantón de Manila y saco o americana de color negro para los varones con un mantón de Manila a manera de chal.
Sin embargo, se han creado también alrededor de la Estudiantina Manuel Montesinos, algunas leyendas y se han cometido errores por parte de quienes han manifestado haber participado de ella. Al parecer, la existencia de esta emblemática estudiantina fue muy corta pues ya no se le menciona en documentos dos o tres años después de su aparición. A falta de algún documento que nos permita confirmar la participación de algunos personajes mencionados, publico una fotografía histórica, posiblemente la única existente de la estudiantina de Montesinos y que perteneció a mi padre, don Cástor Vera Solano. La fotografía ya fue publicada en el libro que publiqué en el año 2011 con motivo del centenario del nacimiento del compositor. En el reverso de la fotografía están anotados los nombres de algunos de quienes participan en ese momento: Manuel Montesinos, José Cazorla, Carlos Aguayo, Adolfo Enríquez, Segundo Vera, Alberto Choque, José Molina (al parecer el importante músico puneño de comienzos de siglo cuya participación en anteriores estudiantinas he reseñado en párrafos anteriores), Agustín Cutipa, Andrés Calizaza, Florentino Quinta, Inocencio Salinas y Fermín Padilla.
Una rápida revisión de la fotografía nos permite señalar que el instrumento que abraza Manuel Montesinos no es un bandoneón, como ha afirmado algún contemporáneo suyo, sino más bien un acordeón alemán fabricado a finales del siglo XIX, según el importante libro Musikinstrumente, publicado en Munich, en 1983 por John Henry van Der Meer. Por otro lado, salta a la vista que la totalidad de instrumentos que aparecen son cordófonos, junto al único aerófono, el ya mencionado acordeón, lo que echa por tierra la afirmación de un intelectual puneño quien aventuraba la opinión de que posiblemente se integraban a las estudiantinas de comienzos de siglo XX instrumentos aerófonos como las quenas o pinkillos. Finalmente es fácil comprobar que la vestimenta de las mujeres era en de las cholitas puneñas y que tanto varones como mujeres usaban sombreros como prendas de cabeza.
EL CONJUNTO MASÍAS DE ARTE VERNACULAR
Al promediar la década del veinte apareció esta agrupación con el nombre de Estudiantina Masías y que fue creada por Víctor Masías. Luego de algunos años de actividad, el grupo decidió ingresar en el campo de la danza folclórica, con lo cual inició una brillante época de éxitos que se concretaron en la obtención de premios en los diferentes certámenes en los que participó en ciudades como Arequipa, Cusco y Lima. Importantes músicos puneños participaron del grupo que en una época tomó el nombre de Conjunto Obrero Masías de Arte Vernacular. Entre ellos se puede mencionar, en su primera época, a Víctor Masías, Juan Pari, Silverio Medina, Tomás Arroyo, Manuel Serruto, Juan Pinazo, Víctor Deza, Pedro Yúgar y otros.
Posteriormente ingresa otra generación de músicos con los que el conjunto continúa su tarea. Visitó la ciudad de La Paz, capital boliviana, en la que ofreció resonantes presentaciones que entusiasmaron a los cronistas de esa ciudad. Alrededor de 1940 las presentaciones del Conjunto Masías se hacen esporádicas hasta desaparecer del escenario puneño.
LA ESTUDIANTINA DUNCKER
Don Alberto Rivarola Miranda (1892-1958), maestro de la guitarra y músico cultísimo que mantenía correspondencia con músicos de otras latitudes, de quienes recibía publicaciones musicales de América y Europa, fue uno de los grandes músicos y directores de estudiantina de la ciudad puneña. Creó y dirigió la famosa estudiantina Duncker, que fue la primera en grabar discos de música puneña para la RCA Victor de los Estados Unidos de América. Pese a haber nacido a finales del siglo IX, su presencia importante en la música puneña hasta mediados del siglo XX, le dio prestancia y categoría a la música de su tierra. Es autor de marineras, huayños y hermosos valses como Siemprevivas. Entre los integrantes de la Duncker destacan Carlos Rubina, Uberto Sirvas, Eduardo Tavera, Néstor Molina, Eladio Quiroga, José Díaz Bedregal y Cástor Vera Solano. La gran mayoría de ellos descolló posteriormente dirigiendo estudiantinas y componiendo hermosas páginas de música puneña.
Según el catálogo de discos Victor de la época, las obras que grabó la Estudiantina Duncker de Alberto Rivarola para RCA Victor fueron: Cacharpari, Cusisanana, Chascañawi, Pandillera, Recuerdo moheño, Ripusajjna, Sedienta paloma, Yuyay chincachejj y Las zampoñas que se van.
EL CENTRO MUSICAL THEODORO VALCÁRCEL
Esta importante estudiantina nació en 1955 y agrupó a importantes músicos que ya realizaban activa labor en la ciudad. Entre ellos contó con Eladio Quiroga, Francisco Deza, Segundo Salazar, Ricardo García, Vicente Achata y Néstor Molina, quien sería su primer director. Posteriormente se unieron Augusto Masías y Virgilio Palacios quienes también fueron sus directores. Este centro musical tuvo también una gran época dentro del aspecto de la danza folclórica actuando junto a la Agrupación Puno de Arte Folclórico y Teatro (APAFIT) de Carlos Cornejo-Roselló Vizcardo. Sin lugar a dudas, su más grande éxito musical fue la grabación de su LP Música de los Andes Peruanos-Vol. 1 Música de Puno, publicado en 1961 que constituye uno de los mejores logrados por las estudiantinas puneñas.
EL CONJUNTO ORQUESTAL PUNO
Esta estudiantina, una de las más importantes creadas en Puno, por su trayectoria, por las grabaciones en discos de 33 RPM que realizó y por la cantidad de nuevas obras musicales que aportó a la comunidad puneña, la mayor parte de ellas compuestas por su director y fundador don Cástor Vera Solano, nació el 22 de noviembre de 1960, día en que se reunieron varios músicos de prestigio, y otros jóvenes que se estaban iniciando en el arte musical en un modesto restaurante de la calle Libertad de la ciudad de Puno, con el fin de celebrar el Día del músico. Ya se había conversado entre los asistentes sobre la necesidad de fundar una estudiantina puneña que tuviera las características técnicas y musicales que le hicieran destacar en el medio y en el país. Don Cástor Vera Solano, motor del encuentro, fue nombrado director del nuevo grupo, cuyo nombre institucional se logró por consenso. Así inició su labor el Conjunto Orquestal Puno que estaría llamado a grandes logros en los años venideros.
Un año después de su fundación, el Conjunto Orquestal Puno inició una exitosa participación en certámenes o concursos, entre ellos e IV Concurso Departamental de Estudiantinas, conquistando el primer premio. En 1964 volvió a concursar, esta vez en la categoría “A” del VII Concurso Departamental, ocupando nuevamente el primer lugar y haciéndose, con ello, acreedor al trofeo de la Zampoña de Oro, establecido por la CORPUNO y un premio pecuniario. Finalmente, un año después, ganó nuevamente el primer lugar y logró, con ese triunfo, la posesión definitiva de la Zampoña de oro.
A partir de 1963, el Conjunto Orquestal Puno se unió a la Agrupación Puno de Arte Folklórico y Teatro (APAFIT) que dirigía don Carlos Cornejo-RoselloVizcardo. Así se inició una provechosa difusión de la música y danzas puneñas con las que llegaron a diversas ciudades del país y del extranjero. La relación duró diez años y llenó toda una época del arte folclórico puneño.
El Conjunto Orquestal Puno realizó en la ciudad de Lima y en prestigiosas disqueras varios discos que están considerados entre los mejores logradas por conjuntos puneños. Los LP se llamaron Conjunto Orquestal Puno, Puno Pandillero, Puno Eterno y Puno Tradicional. En total se grabaron en calidad de estreno alrededor de veinte creaciones de su director, entre marineras, huayños y danzas, e igual número de captaciones de danzas folclóricas de la región.
Entre los integrantes del Conjunto Orquestal Puno se puede mencionar a Cástor Vera Solano, director, Armando Zea, Augusto Lanza, Augusto Vera, Carlos Cano, Darío Manzanares, Dulio Trigos, Elard Salas, Enrique Coasaca,
Felix Carrión, Florentino Sosa, Francisco Suaña, Germán Chuquimia, Hernán Tejada, Idelsa Mestas, Johnny Salas, Leonidas Cuentas, Lucio Choquehuanca
Luis Valdivia, Nazario Ticona, Pastor Serrato, Polly Vera, Raúl Montesinos, Serapio Solano, Teófilo Armaza, Vidal Herencia y Waldo Vera.
A través de los años aparecieron en Puno otras estudiantinas ligadas muchas veces a tres entidades educativas importantes como fueron el Colegio San Carlos, el Colegio San Ambrosio y el Centro Escolar 881 que dirigió José Antonio Encinas entre 1907 y 1915, justamente en los albores de las principales estudiantinas puneñas. Algunas de estas agrupaciones fueron el Centro Musical Puno que dirigieron alternativamente Rosendo Huirse y Alberto Rivarola Miranda y la muy recordada Estudiantina Carolina que dirigió Carlos Rubina Burgos. También podemos mencionar la Lira Carolina dirigida por Rosendo Huirse, la Lira Puno de Pilar Díaz, la Unión Puno, Los Íntimos y la gran cantidad de estudiantinas creadas bajo el nombre de centros musicales en la totalidad de provincias puneñas.
La estudiantina puneña está muy lejos de desaparecer. En todo centro poblado del departamento existe por lo menos una estudiantina y es muy grato observar en los diferentes concursos que se realizan, la presencia de adolescentes y niños de ambos sexos que aseguran una larga vida a esta aventura musical que se inició antes de que llegara el siglo XX y que nunca tendrá final.
Arequipa, primavera de 2023
AUGUSTO VERA BEJAR. Compositor y director de orquesta.